2014/03/06

La huella de los Pritzker en La Rioja (3): R. Moneo



Debíamos tener solo siete u ocho años cuando en elcolegio organizaron una visita al recién estrenado Ayuntamiento de Logroño. Sigo sin saber muy bien por qué nos llevaron allí a esa edad, supongo que los profesores en aquel momento tuvieron la oportunidad y no la quisieron dejar pasar.


De lo que vimos o no vimos no recuerdo nada, la verdad, pero hay una imagen que me ha acompañado siempre desde entonces, por lo visto me impactó, y a menudo cuando visito el ayuntamiento aún lo recuerdo. 
Antes de empezar a ver el nuevo y moderno edificio, nos explicaron sobre una mesa la concepción del proyecto, y cómo el arquitecto había hecho una gran plaza abierta en forma de escuadra y cartabón sobre la mesa, y adosado a ellos, como un piano de cola, el auditorio municipal. (Lo que daría hoy por saber quién fue nuestro guía…).


Hoy traigo aquí el Ayuntamiento de Logroño, una obra de Rafael Moneo de 1980, porque hace tiempo empecé una serie sobre las obras de arquitectos premiados con el Pritzker en La Rioja, y me faltaba el, para mí, más importante y con más aportaciones a la arquitectura local de Logroño, y a la arquitectura del siglo XX  en España en general, por supuesto.

Imagen de 2012 de El País
Y es que no es ésta la única intervención del navarro en la capital de La Rioja, además, contribuyó a la reconstrucción de la zona de Ruavieja, el frente de la ciudad más antigua hacia el Ebro, una fachada hasta entonces olvidada y que hubo de “reconstruirse” una vez demolido todo lo anterior.

Imagen de archivo de LaRioja.com de la colaboración de Moneo con el Ayuntamiento de Logroño

Más tarde, en los años noventa, intervino en la reordenación de las conocidas como “palazzinas”. Una zona que había albergado un hospital militar- también el solar del ayuntamiento fue un antiguo cuartel- y que ahora se quería reconvertir en un área residencial de baja densidad y regenerar así una zona olvidada de la ciudad.


El proyecto del Ayuntamiento de Logroño no es de los más famosos de Moneo, es más bien un proyecto “joven” del Premio Príncipe de Asturias, y no pretendo aquí analizarlo al detalle ni mucho menos. Sólo me voy a permitir unos comentarios sobre mi conocimiento del edificio a nivel de usuario y de mis percepciones más generales.




Creo que se descubren en este proyecto algunas ideas que veremos a lo largo de los años en el desarrollo de su arquitectura y alguna de las que más me admiran a mí: La maestría en la interpretación urbanística del proyecto,  la interpretación de los espacios públicos, las circulaciones en la planta baja y los espacios cubiertos, la permeabilidad del edificio en el centro y la jerarquía de los espacios bien definida.




Me admira el uso de la piedra en sus obras, la composición de la fachada y la proporción en todos los elementos que la componen.



El cuidado en todos los detalles. 

Yo he tenido la gran suerte de trabajar personalmente en un proyecto de Rafael Moneo y sé que todos y cada uno de los elementos del proyecto son objeto de un estudio concienzudo, que se puede ver desde la urbanización general, los pavimentos, el reloj, las maravillosas luminarias (no tengo fotografía aunque la adjuntaré pronto) hasta  la definición de los despachos, los pasamanos interiores, etc. Y termino con una cita de Moneo

“Me parece importante pensar que los edificios que uno hace casi nunca están solos. 
Me gustaría que la idea recurrente del contexto pasara a tener en cuenta no ya que un edificio no está solo sino que en muchas ocasiones altera la vida de los demás. No es tanto el contexto en el que te inscribes como el cambio que produces”.

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