Sigo en el cantón de los Grisones, hay quien se preguntará dónde se podría estar mejor …
La llegada por carretera a VALS, a través del paso de San Bernardino, atravesando el túnel más largo de Europa, cruzando inolvidables y protegidos paisajes de montaña, parece que fuese un tiempo y trayecto de duración estudiada para encontrarse allí en el tiempo y el momento preciso.
La manera de humanizar el paisaje, de colonizar el territorio, que vamos descubriendo en el camino hacia Vals no hace más que confirmar lo que ya conocemos sobre el respeto y la sensibilidad con la que se acometen las obras y proyectos en esta tierra.
Las rocas, el agua, el silencio, … todos estos elementos ya se dejan sentir antes de llegar al destino.
Una vez allí, Vals se descubre poco a poco, entre los árboles que se van abriendo hasta que intuimos lo que hemos ido a buscar, la obra maestra del premiado P. Zumthor, Pritzker 2009, las Termas.
Junto a la nueva “roca”, el nuevo edificio de las Termas, el complejo hotelero de los años 60-70, totalmente rehabilitado.
La materia se hace presente, en forma de piedra, roca incrustada en la ladera de la montaña, contundente, fuerte, pesada. Gneiss de Vals, piedra del lugar, estudiada, trabajada, modulada.
El clima invernal y la accesibilidad limitada nos hacen imaginar las duras condiciones de la construcción del nuevo centro del agua.
El clima invernal y la accesibilidad limitada nos hacen imaginar las duras condiciones de la construcción del nuevo centro del agua.
Y los espacios aparecen dibujados por la LUZ.
Es la luz la que marca el paso del tiempo en el interior, los espacios cambian a cada momento y la quietud y el silencio interiores parecen dinámicos en este lugar de paz y descanso natural.
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