La intensa evolución que el mundo del vino ha sufrido en los últimos
tiempos, al calor de la bonanza económica del último ciclo, ha dejado en La
Rioja algunos prototipos interesantes de
nuevas maneras de entender las bodegas y la elaboración del vino.
Un ejemplo de ello es la bodega de Rioja
Alavesa Baigorri, a punto de cumplir diez años desde su construcción
(recomiendo su “hormigonada” web: http://www.bodegasbaigorri.com/),
sigue siendo novedosa en cuanto al concepto que yo he llamado de “diseño a favor del vino” que parece guiar el
proyecto de esta bodega.
Y he titulado este artículo como “diseño a
favor del vino”, porque todos los elementos de este proyecto parecen haber sido
estudiados para eso, para favorecer el movimiento natural de la uva y el vino
dentro de la bodega, e incluso la necesaria transformación del lugar, ha sido
después minimizada y se ha reconstruido la ladera, transformada en pequeñas
superficies aterrazadas.
De la web del estudio del arquitecto autor
del proyecto, Iñaki Aspiazu, reproduzco una sección que explica y define
totalmente la idea principal de esta bodega:
Está concebida para que todos (o casi
todos) los trabajos que la elaboración del vino- desde que la uva llega hasta
la bodega- conlleva, se puedan realizar por gravedad, sin bombeos.
Por ello, la uva entra en bodega en la
parte más alta del recinto, y sale transformado en vino embotellado por la
parte inferior. Un resumen extremo de lo que dentro de esta gran nave de
elaboración sucederá, claro está.
El siguiente detalle de la entrega de la rampa
que comunica todos los niveles de la nave de elaboración:
37
metros de profundidad en la construcción de la bodega, inusual en este tipo de
edificaciones, y de la que esta imagen, también de la web de Aspiazu, del
proceso de la obra es bastante esclarecedora.
Una de las escasas concesiones al diseño,
más allá de la funcionalidad, que encontramos es, además, su elemento identificador,
un pabellón de vidrio (acceso para las visitas) desde el que divisar por última
vez el paisaje de la Sonsierra antes de “comenzar a bajar” a la gran nave de
producción.
En
su interior, pocos materiales, falso techo de zinc y suelo de gres, el mismo
pavimento que se ha elegido para toda la bodega y pilares de acero en cruz, como
soporte de la cubierta de gran vuelo.
Sin querer he hecho una visita al revés,
desde dentro hacia fuera, pero creo que es la manera correcta de acercarse a
este proyecto.
Por último, tengo pendiente la cata, en
casa, de los vinos que compré en la bodega, este puede ser un buen momento…
¡Salud!